Los datos del Banco de España no dejan duda, las familias necesitan endeudarse cada vez para llegar a final de mes producto de la situación inflacionaria actual. La combinación del aumento de precios y la subida del euríbor, sumado a una congelación salarial de años en muchos sectores y a un mercado laboral definido por la precariedad, generar esta situación.
Estos datos escenifican la realidad de millones de trabajadores y trabajadoras en el Estado español, alejados de los discursos triunfalistas del Gobierno. Esta dinámica de endeudamiento provocado por la política del gobierno central, sitúa a las familias en una situación de riesgo a corto y medio plazo.
A corto plazo, en el día a día, llenar la cesta de la compra o hacer frente a los recibos hipoteca supone un reto, mientras que a medio plazo el acceso que se está realizando a créditos provocará un endeudamiento superior.
Según datos nuevamente del Banco de España, los intereses para créditos de consumo puede alcanzar hasta el 7% mientras que los adquiridos a través de tarjetas revolving pueden llegar a superar el 18%.
Obviamente la responsabilidad de esta situación no recae en las familias que tan solo buscan alternativas para hacer frente aquí y ahora a las dificultades. La responsabilidad recae en las políticas marcadas desde Moncloa, más centradas en aumentar el gasto militar, por un lado, y por otro, en mantener los beneficios de las grandes empresas y fortunas.
Y es que ante esta situación no tienen cabida los discursos que achacan de "irresponsabilidad" o de "gastar más de lo que se tiene" a las familias trabajadoras, como en otras ocasiones han intentando vender, sino que responde a la situación de emergencia actual.
Los últimos datos del CIS muestran como a día de hoy el porcentaje de familias que "tira de ahorros" o "se endeuda" (según las categorías utilizadas en la encuesta), no ha parado de crecer desde marzo del 2022 y se ha agravado especialmente en el último trimestre del 2022 e inicio del 2023.
Este endeudamiento, producto de la situación actual, supondrá un beneficio para la banca de algo más de 360 millones de euros, producto de los intereses. Un auténtico negocio para la banca a costa del sufrimiento de miles de trabajadoras y trabajadores. Y como no, el Gobierno mira para otro lado.