Pedro Sánchez informaba esta semana que el Gobierno está estudiando medidas para contener el precio de los alimentos con la intención de presentarlas antes de que finalice el año. La vicepresidenta y ministra de Trabajo y Economía, Yolanda Díaz anunció este jueves que “habrá medidas para contener el precio de los alimentos”. Y añadía “ya se ha constituido una comisión negociadora interna en el Gobierno donde negociar con la parte socialista la mejor forma para actuar sobre el alza de los precios de los alimentos y de las hipotecas.”
El problema de la inflación, y en concreto el del precio de los alimentos empieza a preocupar al Gobierno que ve como a pesar de que los últimos datos del IPC muestran signos “favorables” por cuarto mes consecutivo estamos lejos de un cambio de tendencia y por lo tanto las consecuencias de la subida de precios son aún desconocidas.
Tras el pico de inflación que vivimos en julio de este año (10,8%) desde el mes de agosto la inflación interanual viene bajando cada mes respecto al anterior. Así la tasa interanual de agosto, septiembre, octubre y noviembre de este año ha sido de 10,5%, 8,9%, 7,3% y 6,8% respectivamente. Cabe decir que estos 4 meses de descenso coinciden con los meses en que la inflación comenzó a escalar de manera considerable en 2021. Aunque la tendencia de aumento se sostuvo en todo 2021, sin embargo fue en agosto y septiembre cuando la inflación interanual dio un salto en su escalada e inició una tendencia en la que mes a meses aumentaba enormemente pasando del 3,3% en agosto al 6,5% en diciembre. Se inició a fines del verano de 2021 una espiral que justo un año después (agosto de 2022) empieza a mostrar un descenso, algo normal si tenemos en cuenta que la comparativa es respecto al mismo mes del año anterior y en estos mismos meses la inflación ya había empezado a escalar notablemente.
Sin embargo el dato más alarmante es el del precio de los alimentos que siguen desbocado. El precio de los alimentos registra hoy en el Estado español un incremento interanual del 15,4%, algo que tiene un enorme impacto en el bolsillo de las familias trabajadoras y que va a seguir en tendencia al aumento. Según Caixabank Research, la cesta de la compra seguirá subiendo como mínimo hasta marzo del año que viene. Otro dato importante es el referido a la inflación subyacente, que según el INE en estos momentos se sitúa en el 6,3%, una décima más que en los meses previos. Este indicador, que excluye los precios de alimentos frescos (pero no de muchos productos elaborados que forman parte de la cesta habitual de la compra) y de la energía por considerarlos muy volátiles, es importante porque nos puede dar indicaciones sobre la evolución futura de los precios y en este caso la tendencia es de aumento.
La realidad es que el aumento general de los precios, que recordemos sigue estando en cifras en torno al 7%, junto al aumento descontrolado de los precios de los alimentos (15,4%) y el de la inflación subyacente (6,3%), se da sobre un cúmulo que está empezando a quebrar la economía de millones de familias trabajadoras y populares, y supone un ataque directo a los salarios.
Cuando llueve sobre mojado se nota menos la lluvia pero al mismo tiempo ésta puede empezar a desbordarse. Este es el motivo por el cual el Gobierno califica de “favorable” la situación al mismo tiempo se ve obligado a pensar medidas para “controlar” la situación que pueda darse.
Es en este marco en el que Yolanda Díaz indica que “habrá medidas para contener el precio de los alimentos”. También el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha declarado que el Gobierno está trabajando para tomar alguna medida que ayude a rebajar la inflación en la alimentación. Más allá de que ninguno de los bloques del Gobierno ha dado más detalles sobre las propuestas concretas, y más allá de los matices que pueda haber entre PSOE y Yolanda Díaz, las propuestas que venimos escuchando como medidas para controlar la inflación no pueden solucionar el aumento de precios.
Hace tan solo unos meses, en septiembre, Yolanda Díaz, insistía en un acuerdo de contención de precios de una lista limitada de alimentos básicos negociado con las grandes multinacionales distribuidoras de alimentos. Se acerca la Navidad y todos podemos soñar, pero los trabajadores no podemos vernos embaucados por estas falsas ilusiones.
Una cuestión importante que omite Díaz al hacer ver que puede controlarse el precio de los alimentos negociando con distribuidoras y grandes superficies como Carrefour, Alcampo, Mercadona… es que pretende negociar la bajada los precios con los mismos que se están lucrando con su subida. Confiar en que “voluntariamente” sean estas multinacionales las que bajan las precios de los alimentos resulta un tanto inocente a estas alturas de la película después de que todos fuimos testigos de cómo estas empresas especularon con los precios de productos como el aceite o la leche en los primeros meses de la guerra de Ucrania o durante la huelga de transportistas como denunciaron muchos consumidores. Unos momentos que aprovecharon vilmente para obtener un repunte en sus beneficios pero que es el modus operandi de estas multinacionales. Como se analizaba en otro artículo: “Los márgenes de beneficio respecto al precio de origen del productor en relación a la venta minorista en los supermercados no dejan lugar a dudas: un 575% en la patata, un 887% en la naranja, o un 503% en la sandía.”
La propuesta de negociar los precios de algunos alimentos es el aporte de Yolanda Díaz al paquete de medidas con el Gobierno vienen intentando controlar el incremento de precios y que probablemente ahora intente prolongar. El Gobierno ha ido tomando a lo largo del año una serie de medidas incapaces de contener la inflación como la reducción del IVA de los productos energéticos, la ayuda generalizada sin distinción social para reducir el precio de los carburantes, y la disminución de otros impuestos a la electricidad. Unas medidas que no han podido controlar el aumento de precios como estamos viendo ya que no cuestionan en ningún punto los intereses y beneficios capitalistas así como el funcionamiento especulativo del capitalismo. Ejemplo de ello es cómo las grandes empresas vienen aumentando sus ganancias durante todo este año.
Te puede interesar: Los beneficios de las empresas crecen siete veces más que los salarios.
La situación se ha vuelto insostenible para millones de familias. La inflación es un ataque directo a los salarios que ya han perdido en los 2 últimos años un 10% de poder adquisitivo. Es por esta situación por la que estamos siendo testigos de cantidad de conflictos laborales que tienen como motor el aumento salarial hasta igualarse a la subida del IPC. A las luchas que surgieron hace unos meses por mejoras salariales como la de los trabajadores del metal de Cádiz o Cantabria, ahora surgen nuevos conflictos en empresas como Correos, Inidtex, Amazon, Vueling, Telepizza, TMB y muchas otras.
Enfrentar la subida de precios de alimentos y la inflación pasa por pelear por subidas salariales de emergencia del 11% que recuperen el poder adquisitivo perdido de todos los sueldos y pensiones y por una subida del SMI hasta los 1500 euros así como por revisiones mensuales de todos los salarios vinculadas al IPC. Al mismo tiempo para impedir la especulación de los grandes supermercados y empresas alimenticias con los productos básicos es necesario organizar comisiones de trabajadores y consumidores que controlen el precio de los alimentos.
Para ir avanzando en ese sentido tenemos que apoyarnos en todos los ejemplos de luchas y unir las fuerzas de los distintos sectores de trabajadores que están luchando por aumento de salarios ligado al IPC, muchos de ellos organizados por el sindicalismo combativo, y junto a los sectores honestos y combativos de los grandes sindicatos, promover asambleas, coordinar los conflictos existentes y rodearlos de solidaridad. Además es necesaria la unidad con otras luchas como la de la sanidad que trata de enfrentar las políticas de ataque a los sectores populares a través del desmantelamiento de los servicios públicos para de esta manera golpear con más fuerza a las patronales.