Oriundo del campo sevillano el actor Juan Diego, a diferencia de otros integrantes de su generación, nunca ocultó su filiación política izquierdista ni tuvo miedo de manifestarse de forma pública en causas como las protestas contra la guerra y la recuperación de la memoria histórica.
Su cercanía al mundo de la interpretación se manifestó interpretando uno de los protagonistas de “Esperando a Godot” para una función televisiva, una obra dramática cercana al “teatro del absurdo” que, en su momento, alcanzó un estatus mítico por la innovación en la escritura teatraal.
Juan Diego, con su aspecto serio, su fina ironía, su voz quebradiza y su talante polifacético estuvo en plena transición española junto a directores “señalados” como Eloy de la Iglesia. Militó en el entonces clandestino “Partido Comunista” y se dio a conocer con posterioridad por interpretar a un señorito en la entonces valiente “Los santos inocentes” de Mario Camus, sobre el caciquismo vigente en la tierra que lo vio nacer y al mismísimo generalísimo Franco en su juventud en la polémica “Dragon Rapide”, una rareza de otro rompedor de tabúes como el realizador Jaime Camino.
No dejó de experimentar acercándose a formatos como el adoptado en “La noche oscura” una versión homoerótica, alucinada y poética del mítico San Juan de la Cruz y fue uno de los muchos protagonistas de la ácida “Paris-Tombuctú” de Luis García Berlanga.
La sinceridad de sus opiniones políticas pudieron cerrarle algunas puertas pero también lo acercaron a los mejores nombres de su tiempo como Benito Zambrano (“Fugitivas”) o Victor García León para el que protagonizó “Vete de mí”, encarnando a un maduro actor que se reencuentra con su hijo; un papel que le valió la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián.
Alternó las series de televisión (“Los nombres de Paco”) con las producciónes de cariz histórico (“Lope de Vega”) y los posicionamientos políticos más o menos controvertidos. Uno de sus últimos papeles importantes fue en “Todo en silencio” de Jose Luis Cuerda, sobre el narcotráfico en Galicia. Tanto su nombre como su figura forman ya parte icónica de distintas etapas del cine español.