En México, como cada año y más en la temporada de invierno, aumentan las enfermedades respiratorias de vías aéreas superiores, haciendo que estas afectaciones sean más comunes, entre las que destaca la influenza.
La influenza es una enfermedad respiratoria causada por la transmisión del virus que tiene tres tipos: A, B y C. En especial los virus de influenza tipo A y B provocan la influenza estacional (AH1N1, AH3N2 y del tipo B).
La Secretaría de Salud refiere que los principales síntomas que una persona con influenza presenta son fiebre, escalofríos, tos, dolor de garganta, mucosidad o congestión nasal, dolor muscular y de cabeza, ojos irritados, cuerpo “cortado”, y cansancio extremo. En los casos más graves puede haber dificultad para respirar, dolor de pecho, flemas con sangre, confusión y somnolencia. Así mismo, la influenza puede complicarse con neumonía principalmente en personas con enfermedades crónicas o con embarazo.
Si bien una forma de prevenir la influenza es la vacunación anual, ya que la vacuna cambia cada año dependiendo de los tipos de virus que circulen y con esto se prepara la vacunación en cada temporada, la recomendación es el lavado de manos y evitar el contacto directo con las personas enfermas ya que el virus de la influenza puede vivir de 2 a 3 días en superficies (manos, manijas, pañuelos desechables, telas) y el virus puede ser destruido por la luz solar y el jabón.
Y recuerda, la influenza al ser una enfermedad viral, los antibióticos no tienen ningún efecto, por lo que es importante que al presentar síntomas acudas al médico y no te automediques.